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El pasado 27 de noviembre, la ONG Justicia en los Raíles, (Justiça nos Trilhos por su nombre en portugués), recibía el recién creado Premio Derechos Humanos y Empresas, dotado con 50.000 dólares. El reconocimiento es fruto de un trabajo junto a los pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes de los estados brasileños de Pará y Maranhão, para denuciar los abusos contra los derechos humanos y ambientales cometidos por empresas mineras y siderúrgicas, especialmente la multinacional Vale.

El premio fue concedido por la Human Rights and Business Award Foundation, siendo recogido por Danilo Chammas, abogado de Justicia en los Railes, en Ginebra, en el Foro de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos.

Según Danilo Chammas, es un reconocimiento a las comunidades organizadas frente a los daños ambientales y las violaciones de los derechos provocados por la multinacional Vale. En esta entrevista se muestra preocupado, pues con el Presidente electo en Brasil, Jair Bolsonaro, se vislumbra "el aumento de las iniciativas de flexibilización de la legislación de protección al medio ambiente y la propiedad colectiva de las tierras de las poblaciones tradicionales", y aún más, que va a "poner fin a todo tipo de activismo".

El abogado destaca que "sentir a la Iglesia tan comprometida en estos frentes confirma, por un lado, la urgencia del enfrentamiento de las violaciones de la minería. Por otro lado, nos hace sentirnos menos aislados y más protegidos". En ese sentido, piensa que con el Sínodo para la Amazonía, "se está levantando el clamor de muchas comunidades a causa de los impactos de la minería", y espera que con él, la Iglesia "encuentre caminos eficaces y compromisos firmes para responder a este grito" .

Hablando sobre la Red Eclesial Pan-Amazónica - REPAM, con quien, Danilo Chammas dice que "nos sentimos aliados y compartimos relaciones de colaboración y un sentimiento de gratitud", afirma que "no es recomendable trabajar de forma aislada". Él insiste en que "necesitamos fortalecer redes interdisciplinares, tejiendo relaciones ... con el objetivo común de proteger la vida, la tierra, las aguas, las poblaciones excluidas", siguiendo la invitación del Papa Francisco.

¿Qué significa ese reconocimiento internacional ante la actual coyuntura política brasileña?

Así como declaré públicamente en la sede de la ONU, en Ginebra, en la ceremonia en que se dio el anuncio oficial acerca del premio, éste no significa sólo el reconocimiento del trabajo de la entidad Justicia en los Raíles, sino la actuación cotidiana de algunas de las comunidades, situadas en los municipios impactados por el proyecto Carajás, que, de manera organizada y pacífica, han tomado iniciativas por la responsabilización de las empresas y del Estado frente a las violaciones de derechos provocadas por las operaciones de las minas, ferrocarriles, puertos, industrias siderúrgicas, monocultivos a gran escala y otros emprendimientos allí instalados.

Desde la instalación del proyecto Carajás, es decir, hace más de treinta años, esas comunidades han sido víctimas de los daños ambientales y de las violaciones de derechos provocados por Vale SA y otras empresas que operan según una lógica extractivista y voraz, que favorece el lucro dde unos pocos y afecta a los derechos de muchas personas y el ambiente como un todo.

Las iniciativas extractivas se están intensificando. Las empresas mineras son parte del grupo de los principales partidarios del presidente electo, algunas declaraciones del presidente electo ya anticipan el aumento de las iniciativas de flexibilización de la legislación de protección al medio ambiente y la propiedad colectiva de las tierras de las poblaciones tradicionales. Eso nos preocupa mucho. La tendencia es que se fomente aún más el ritmo frenético e insaciable de extracción de minerales. Existe el interés de que se abran a la explotación incontrolada nuevas áreas que hasta el momento cuentan todavía con restricciones legales relevantes para su explotación, como las tierras indígenas, las unidades de conservación o las áreas de preservación permanente.

Las comunidades en las periferias de nuestro país se sienten cada vez más amenazadas por esos proyectos de expansión extractiva. Temen no ser consultadas o no tener su opinión considerada en lo que concierne a las decisiones sobre su futuro y sobre la gestión de sus territorios.

Por eso, un reconocimiento internacional tan importante - es la primera edición de este premio a nivel mundial - refuerza la importancia del trabajo de educación y de incentivo a la organización popular, confirma que las comunidades tradicionales, los campesinos, los habitantes de las periferias urbanas tienen voz y tienen derechos, sus llamamientos y denuncias pueden alcanzar visibilidad internacional, movilizar la solidaridad de otros pueblos e incluso provocar la constreñimiento de nuestro país y de las empresas que actúan en él ante la comunidad internacional.

¿Cuáles son los miedos que Justicia en los Raíles y las organizaciones que luchan por los derechos humanos sienten ante un gobierno que amenaza a quien defiende otra manera de entender la vida y la relación entre las personas y con el medio ambiente?

En los años pasados, sufrimos acciones de intimidación, espionaje, infiltración y procesos judiciales represivos. Brasil fue, en 2017, el país donde más defensores / as de derechos humanos, de la tierra y del ambiente fueron asesinados / as.

Estamos muy preocupados, porque el escenario que se abre para los próximos años puede empeorar. El presidente electo declaró en varias ocasiones recientemente que pondrá fin a todo tipo de activismo. Declaró además que aquellos que discrepan de las acciones de su gobierno deberán elegir entre la prisión y el exilio. El discurso de odio que se instaló durante la campaña electoral, y que persevera después de su término, se está convirtiendo en ataques violentos a personas pertenecientes a las minorías y a quienes defiende los derechos humanos, sin que haya investigación y castigo de los responsables, ni suficientes garantías de protección a las personas y organizaciones amenazadas.

La Ley Antiterrorista (Ley No. 13.260 / 2016), sancionada por la presidenta Dilma Rousseff, puede ser reformada en breve y con ello convertirse en un instrumento a disposición del Estado para perseguir integrantes de movimientos sociales y de ONG, que pueden ver reducido el espacio cívico y hasta perder el derecho a la libre manifestación. También acompañamos con atención la tramitación de otros proyectos de ley como el PL 10.010 / 2018, que propone penas altísimas y medidas administrativas bastante duras para lo que es categorizado como "crimen de esfuerzo posesivo colectivo". Además, nos preocupa el veredicto que el Supremo Tribunal Federal dará en el Recurso Extraordinario nº 806.339, con repercusión general reconocida, por medio del cual podrán ser establecidos criterios rígidos para el "previo aviso" prescrito en la Constitución de la República como condición para el ejercicio del derecho de reunión pacífica en locales públicos (artículo 5º XVI de la CR/1988).

La Justicia en los Raíles y varias otras entidades que defienden el ambiente y los derechos humanos cuentan con una red consolidada de alianzas a nivel internacional que reconocen el valor de su actuación y el profesionalismo de sus integrantes.

Además del reconocimiento moral, el premio tiene una ayuda económica, ¿cómo puede ayudar en el trabajo de la Justicia en los Raíles?

Todavía no hemos decidido cómo invertir la ayuda económica que vendrá en los próximos días. Esto se hará en una de nuestras próximas asambleas. Todos los miembros de Justicia en los Raíles, sin embargo, concuerdan que este valor debe ser invertido directamente en favor de las comunidades con quienes trabajamos y que, como dijimos, son igualmente merecedoras de reconocimiento por su resistencia y valiente esperanza.

Justicia en los Raíles es una organización con inspiración cristiana, ¿cuál es su opinión sobre la postura de Iglesia católica en referencia a la cuestión de la minería?

Primero, agradezco a los Misioneros Combonianos, que hace poco más de diez años fundaron la Justicia en los Carriles, integrando en el amplio territorio del Corredor de Carajás el trabajo de varias otras entidades que ya actuaban en algunas regiones. Los Combonianos están también entre los creadores de la red ecuménica Iglesias y Minería, nacida en 2013, que aún hoy actúa con vigor y creatividad a nivel latinoamericano.

La Encíclica del Papa Francisco Laudato Si, en 2015, abrió nuevas perspectivas para todos nosotros. En mi discurso durante la premiación en la ONU destacé también eso, citando la encíclica y diciendo que nuestro trabajo se inspira en el paradigma de la Ecología Integral, por el cual entendemos que el medio ambiente es la relación que existe entre la naturaleza y la sociedad: todo está estrechamente interconectado.

Más recientemente, el año pasado, los obispos latinoamericanos publicaron una carta pastoral fuerte y valiente sobre el cuidado de la Casa Común, en la que hay muchas referencias a los daños provocados por la minería. Me sorprendió positivamente el ver que también en esta carta hay una breve referencia al trabajo de Justicia en los Raíles.

En el mes pasado, finalmente, Justicia en los Raíles consolidó la alianza con otro relevante actor de la Iglesia Católica: el Grupo de Trabajo sobre Minería de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil), que organizó en el barrio de Piquiá, en Acailândia, Estado de Maranhão, un encuentro de la Iglesia en diálogo con las comunidades alcanzadas por minería en el norte y nordeste de Brasil.

Sentir a la Iglesia tan comprometida en estos frentes confirma, por un lado, la urgencia del enfrentamiento de las violaciones de la minería. Por otro lado, nos hace sentir menos aislados y más protegidos, pudiendo contar con un actor institucional y con su rica Doctrina Social.

¿Hasta qué punto el Sínodo para la Amazonía puede ayudar a tomar conciencia sobre la importancia de reflexionar sobre esas problemáticas?

Participé en una asamblea de escucha del Sínodo Especial para la Amazonía. Fue una experiencia fuerte de protagonismo popular, sobre todo de escucha de las comunidades que generalmente permanecen al margen y tienen menos posibilidades de hacerse oír, incluso por la Iglesia. Sé que en muchos rincones de la Amazonia se está levantando el clamor de muchas comunidades a causa de los impactos de la minería.

Espero que la Iglesia tome seriamente en cuenta estos gritos y, en el proceso del Sínodo, encuentre caminos eficaces y compromisos firmes para responder a este grito, que ya no puede esperar.

La REPAM es un instrumento que articula el trabajo en red en la Pan-Amazonia, ¿por qué es importante ese trabajo en red?

He seguido de cerca algunas de las iniciativas consistentes de la REPAM en el ámbito de la educación en derechos humanos, la sistematización de informaciones, la comunicación, la producción de conocimiento y la incidencia política ante organismos internacionales de protección de los derechos humanos. También la Justicia en los Raíles es una red. No es recomendable trabajar de forma aislada. El sistema que amenaza nuestros territorios es complejo, organizado a escala nacional e internacional. Así, nosotros también necesitamos interconectarnos, en varios niveles. Necesitamos facilitar el acceso de las personas a las instancias e instituciones locales, estatales, nacionales e internacionales que tienen el deber de defender los derechos de las comunidades, de responsabilizar a quienes los viola y de imponer medidas eficaces de reparación y de no repetición. También necesitamos fortalecer redes interdisciplinares, tejiendo relaciones por ejemplo entre el mundo de la investigación, la comunicación, las instituciones religiosas, con el objetivo común de proteger la vida, la tierra, las aguas, las poblaciones excluidas.

El Papa Francisco invita y desafía a la Iglesia a dialogar más con los movimientos y organizaciones populares. La Justicia en los Raíles está teniendo un diálogo muy intenso y fecundo con la Iglesia, con las diócesis de Maranhão y de Pará, y también con la propia REPAM, de quien nos sentimos aliados y compartimos relaciones de colaboración y un sentimiento de gratitud.